martes, 31 de mayo de 2011

El 6 de Mayo de 1933 en la pagina 13 de el periódico New York Times, aparecía la esquela de Li Ching-Yun un chino que sobrevivió a 23 esposas, dejo 180 hijos y murió a la edad de 256 años. ¿Este obituario es un error o una exageración? Algunos investigadores dicen que es cierto.  Li Ching-Yun murió el 6 de mayo de 1933 era un experto herborista. Fue practicante del Tao y de otras disciplinas de meditación y artes marciales. Sirvió como consejero táctico militar e instructor de artes marciales, se retiró y pasó mucho tiempo en las montañas del Tíbet, donde siguió recolectando hierbas medicinales que según decía le ayudaban a mantenerse joven y saludable.
En 1927 fue invitado a Wann Hsien en la provincia de Sichuan por su amigo personal el general Yang Sen, quien estaba muy interesado en la fuerza y juventud que tenía Li, a pesar de su avanzada edad. En la residencia de este gobernador y caudillo fue realizada a la edad de 250 años, la única fotografía existente de Li.
Misterios de una vida:
Como era de esperar, no se sabe mucho acerca de las primeras etapas de la vida de Li Ching-Yun. Sabemos que nació en la provincia China de Sichuan, donde también murió. También sabemos que en su décimo cumpleaños, Ching-Yun estaba alfabetizado y había viajado a Kansu, Shansi, el Tíbet, Annam, Siam y Manchuria para la recolección de hierbas medicinales. Después de esto, su vida se vuelve un poco borrosa…
Al parecer, durante mas de de cien años, Li continuó vendiendo sus propias hierbas, recogidas por el mismo. También se sabe que tenia las uñas de su mano derecha muy largas, de mas de 15 centímetros.
En 1930 el profesor Wu Chung-Chieh, decano del departamento de educación en la Universidad de Chengdu, encontró en los registros Imperiales del Gobierno de China dos felicitaciones del emperador a Li Ching-yun en 1827 por su 150 cumpleaños y una posterior a los 200 años. Por lo que si este dato es riguroso seria una prueba irrefutable de la edad del hombre mas longevo que jamás haya existido.
El secreto de la longevidad:
En un artículo publicado por la revista Time del 15 de mayo de 1933 titulado “Tortoise-Pigeon-Dog” (Tortuga, paloma y perro), se informaba sobre la increíble vida del maestro Li Ching Yuen y se citaba la respuesta que daba Li al secreto de su larga vida:
“Mantén un corazón tranquilo,
Siéntate como una tortuga,
camina rápido como una paloma
y duerme como un perro.”
Su dieta se basaba principalmente en el arroz y en el vino de este cereal. También consumía gingseng y una planta poco conocida, la Centella asiática (Hydrocotyl asiática). Muchos científicos de la época se burlaron de esto y no le dedicaron atención al tema, pero unos pocos visionarios fueron un poco más allá. Jules Lepine, bioquímico francés, encontró un poderoso alcaloide de efectos rejuvenecedores en las semillas de dicha planta.
Los herboristas saben de un factor de longevidad que posee la planta ‘Vitamina X de la juventud’ para el cerebro y las glándulas endocrinas’ y también extractos de la planta se usan para tratar problemas de circulación y de piel.
Se consume en ensalada. El jugo de las hojas sirve para la hipertensión arterial; también como tónico. Un emplasto o cataplasma de hojas se usa para tratar llagas y úlceras.
Si la historia descubierta por Wu Chung-chien en 1930 y relatada por la revista Time y el diario The New York Times es cierta, Li Ching-Yuen superaría en mas de 130 años a la mujer mas longeva de la tierra, la francesa Jeanne Louise Calment que vivió 122 años y 164 días.

lunes, 30 de mayo de 2011

Supuestas Encuestas

Hoy analizaremos esas supuestas encuestas que realiza el gobierno sobre la poblacion, desvelando el gran poder de control sobre el ser humano (esclavo).

 
 











domingo, 29 de mayo de 2011

Todos tenemos conciencia del paso del tiempo; envejecemos y morimos, y no se puede «atrasar el reloj». Pero encontrarse repentinamente en el pasado o en el futuro constituye una experiencia desconcertante y asombrosamente común...
   



 
Detalle de "La desintegración de la persistencia de la memoria", pintura de Salvador Dalí. La desconcertante escena está adornada con relojes blandos, que en la iconografía daliniana representan la completa inexistencia del tiempo creado por el hombre.
En nuestra vida en este planeta hace falta un acontecimiento importante para despertarnos de nuestro conformismo. Una zona poco analizada de nuestra experiencia es la del tiempo, ya que estamos condicionados desde la cuna hasta la tumba para aceptarlo según ciertas normas: las de la cronología de los relojes.

Desde la infancia, nos enseñan a medir los meses y los años. Se nos enseña a «saber la hora» , lo cual significa el tiempo que mide el reloj más próximo. Aprendemos a interpretar el calendario: éste mes es septiembre, éste es mayo, cuándo empiezan y terminan las estaciones... Pero esta forma de medir el tiempo no es más que un práctico invento humano mediante el cual el hombre primitivo sabía ya cuándo debía alimentar al ganado, plantar las simientes o cosechar. El reloj y el calendario no son más que mecanismos que nos ayudan a ordenar nuestras vidas, a imponer una rutina en el caos. Pero la cronología puede no ser la única forma del tiempo; el cosmos produce, quizá, mecanismos temporales de naturaleza muy distinta.

Es posible que el conflicto entre este tiempo cósmico o universal y la cronología humana sea la causa de los extraordinarios fenómenos denominados «lapsus temporales» o «saltos en el tiempo», en los que dos aspectos o dimensiones de éste parecen funcionar simultáneamente: el sujeto puede hallarse viviendo en el presente y en el pasado (o, en algunos casos, en el presente y en el futuro) al mismo tiempo. La experiencia suele ser, por lo menos, desconcertante, y a veces confusa y alarmante.
 

El Retorno De Los Monjes

La iglesia de Pyrford (Surrey), donde la señora Turrell-Clarke asistió a unas vísperas del siglo XIII.
Un ejemplo sorprendente de lapsus temporal le ocurrió a la señora Turrell-Clarke, que vivía en Wisley-cum-Pyrford (Surrey, Inglaterra). La señora iba en bicicleta por una moderna carretera rumbo a la iglesia donde se celebraban las vísperas, cuando bruscamente la carretera se transformó en una senda campestre y le pareció que iba a pie. Vio venir hacia ella a un hombre vestido como los campesinos del siglo XIII, que se hizo a un lado para dejarla pasar. En ese momento le pareció que ella llevaba un hábito de monja.

Un mes más tarde, la misma señora estaba en su iglesia parroquial (había pertenecido a la abadía de Newark, y sobrevivido milagrosamente a la disolución de los monasterios) cantando con el coro que entonaba un canto llano. Pero a la mitad del cántico vio, atónita, cómo la iglesia «cambiaba» volviendo a su estado original -piso de tierra batida, altar de piedra, ventanas ojivales- y por el centro del edificio pasó una procesión de monjes con hábitos pardos que entonaban el mismo canto llano que cantaba el coro del siglo XX. En ese momento la señora Turrell-Clarke se dio cuenta de que formaba parte de un pequeño grupo que estaba en el fondo de la iglesia y apenas tomaba parte en las ceremonias.

Algunas veces, los saltos en el tiempo requieren un cierto tipo de contacto físico. El 29 de mayo de 1973 una maestra de Norwich, la señora Anne May, visitaba con su marido el conjunto arqueológico de Clava Cairns (Inverness, Escocia), que consta de tres losas sepulcrales de principios de la edad del Bronce, entre los años 1800 y 1500 a.C. El día era claro, soleado; los pájaros cantaban y la señora May anduvo primero alrededor de las toscas lápidas y después fue hacia el círculo de monolitos que las rodean. Finalmente, se apoyó sobre una de las losas y cerró los ojos un momento, intentando lo que los yoguis llaman «perder un segundo» (un momento totalmente en blanco). Cuando volvió a abrirlos vio a un grupo de hombres que llevaban túnicas peludas y pantalones constituidos por tiras de cuero cruzadas. Avanzaban lentamente, y parecían arrastrar uno de los grandes monolitos sobre el terreno. Notó, en particular, que llevaban cabellos oscuros y muy largos. Esta curiosa visión pudo haber durado más si no hubiese llegado un grupo de turistas. Inmediatamente, la señora May volvió al siglo XX.

Este es un ejemplo muy claro de lo que parece suceder en los saltos temporales. El sujeto estaba interesado por lo que le rodeaba, pero no concentrado en ello; el salto ocurrió en un lugar y un momento precisos -cuando su cuerpo tocó el monolito-, y la transición del presente al pasado fue tan instantánea como su inversión.
 

Saltos Al Futuro

Los guardianes ayudan a los heridos (en la foto), mientras la policía y los bomberos valoran los daños sufridos por la histórica «White Tower».
Tessa G. tuvo una dramática «audición» procedente del futuro al visitar la Torre de Londres. Se trataba de gritos de niños aterrorizados; el 17 de julio de 1974 -cuatro meses despuésuna bomba explotó en el mismo lugar hiriendo a 33 personas, muchas de ellas niños. 
Los saltos al tiempo futuro parecen ser casi tan frecuentes como los que se refieren al pasado; la diferencia es que quienes los experimentan suelen quedar mucho más aterrorizados.

Estas experiencias de precognición parecen entrar dentro de dos categorías: precognición mientras se está despierto y precognición en sueños. La segunda puede incluir también sueños repetidos premonitorios, pero son más comunes los sueños aislados. El tema puede ser de naturaleza trivial o trágica. Curiosamente; los acontecimientos dramáticos de la vida parecen no tener prioridad: se dan en aproximadamente la misma proporción que los demás.

Es bastante común que en los sueños aparezcan lugares concretos desconocidos para el que sueña. El individuo puede encontrarse con la misma escena más tarde, y en consecuencia el sueño será considerado como una precognición. Sin embargo, puede no ser éste el caso. Parece ser que la mente a menudo registra información subconscientemente, a través de escenas que se ven en la vida real y que más tarde son olvidadas excepto en los sueños. Luego, cuando el lugar verdadero aparece en la vida real, se cree que ha sido anunciado de una forma precognitiva a través del sueño.

La incidencia que tienen los sueños premonitorios supera la de la precognición en estado consciente. Ésta es muy común, casi siempre involuntaria, y se da frecuentemente en un corto período de tiempo antes de que se produzca el acontecimiento anunciado. Constituye una predicción más que una premonición, y suele tener por objeto sucesos de escasa importancia. Sin embargo, cuando predicen acontecimientos dramáticos, éstos son precisos e inequívocos. El tiempo transcurrido entre la experiencia de precognición y su cumplimiento suele ser corto, cuestión de horas o días.

Uno de los casos más sorprendentes de precognición de un acontecimiento dramático le ocurrió a la señorita R. H. Hodgskin, de Birmingham (Inglaterra), y a una amiga suya a la que llamaremos Tessa G. El 20 de abril de 1974 las dos estaban pasando el día en Londres y decidieron visitar la Torre. Todo estaba tranquilo y en la «White Tower», que alberga el museo de armas antiguas, sólo había unos cuantos turistas como ellas.

Tras haber pasado un rato contemplando las armas, las dos amigas empezaron a encontrar la atmósfera de los calabozos deprimente, y decidieron volver afuera. Habían subido la mitad de las escaleras cuando Tessa se volvió hacía su amiga y le dijo: «Oigo chillar a unos niños.» La señorita Hodgskin no oyó nada, excepto un ligero murmullo de conversación en la parte de abajo, y así se lo dijo a su amiga. Tessa empezó a inquietarse y elevó el tono de voz. «No -dijo- oigo a unos niños gritar y dar voces.» Su amiga no conseguía oír nada anormal, y cada una de ellas pensó que los sentidos de la otra funcionaban mal. Sin embargo, Tessa G. estaba evidentemente convencida de que había oído los gritos de los niños, y quedó bastante desconcertada. Finalmente, el punto muerto en el que estaban se resolvió saliendo al exterior en busca de una reconfortante taza de té. El asunto fue olvidado por el momento.

Unos pocos meses después, explotó una bomba terrorista en la «White Tower», matando e hiriendo gravemente a una serie de personas, incluidos varios niños.

¿Qué es lo que oyó Tessa? ¿Sonidos de dolor y terror provenientes del sombrío pasado de la Torre de Londres? ¿O la agonía de unos niños que iban a sufrir en aquel mismo lugar unos meses después? Esta segunda explicación parece más probable, aunque no hay ningún medio de confirmar o refutar la cuestión.

La frecuencia de casos de precognición es bastante alta. La predicción tiene una historia casi tan larga como la de la raza humana, y los profetas siempre han tenido cierta fama, aunque, como indica el refrán, «nadie es profeta en su tierra». En realidad. cuando las profecías han sido pesimistas (y exactas) se ha demostrado que ver en el futuro constituye una experiencia peligrosa. Sin embargo, la precognición se sigue produciendo y no parece estar sujeta al control humano. Quizás un día podremos aprender a controlarla.

sábado, 28 de mayo de 2011

El Triangulo de las Bermudas


  
Muchos lugares han sido catalogados como misteriosos, en algunos, sus secretos se han  esclarecido, en otros, los fenómenos son inexplicables, un caso de éste último es el llamado Triángulo de las Bermudas. Como su nombre lo indica, es un espacio en forma de triángulo que cubre un área de 3.900.000 kilómetros cuadrados entre las islas Bermudas, Puerto Rico y Melbourne. También llamado triángulo del Diablo y el Limbo de los Perdidos, este lugar fue y es testigo de fenómenos sin explicación que han recorrido el mundo.

El fenómeno de la desaparición de barcos y aviones que han pasado por esos lugares, se atribuye a muchas causas; algunos científicos dicen que en esos lugares hay grandes campos de energía proveniente de la Tierra y es por esto que las comunicaciones se cortan; otros fanáticos de la ciencia ficción, piensan que el triángulo está relacionado ampliamente con criaturas extraterrestres y OVNI; en cambio, hay quienes piensan que en ese lugar se encuentra el portal que une esta dimensión a otra, si esta teoría sería cierta, las personas no son secuestradas, sino que son transportadas a otra dimensión. Una teoría más, es que por esos lugares se encontraría la antigua Atlántida, una ciudad que supuestamente existió hace 5000 años antes de Cristo que era muy avanzada científicamente y desapareció misteriosamente; desde esa civilización en lo profundo del mar, se estarían enviando rayos y demás.

Nadie puede negar que este, un fenómeno extraño, sucede, ya que desde la mitad del siglo XX han desaparecido un total de cincuenta barcos y veinte aviones y algunos de ellos se han hecho muy conocidos como la desaparición del vuelo 19 en el año 1945.

Muy pronto incluiremos en este artículo, varios relatos sobre las desapariciones que se han ido efectuando a lo largo del tiempo, como además la conversación que mantuvo uno de los pilotos segundos antes de que desaparecieran.